viernes, 23 de octubre de 2009

Experiencias de Papel


“…en tiempos donde nadie escucha a nadie
en tiempos donde todos contra todos
en tiempos egoístas y mezquinos
en tiempos donde siempre estamos solos
habrá que declararse incompetente
en todas las materias del mercado
habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado…”

Al lado del camino – Fito Paez.

El manantial de la insidia emana a raudales

desde las fauces ensombrecidas

de nosotras mismas:

las alimañas humanas.


Se deslizan por entre los dientes carcomidos

palabras cariadas, malsanas, ignominiosas, estériles y por lo demás innecesarias.


Jorobada la alegría tiende a arrastrarse entre calles opacas mal maquilladas con guirnaldas rotas y pesares colgando de todas las ventanas.


Los pies dejados fuera… en cualquier parte persiguiendo un destino lejano y tan ficticio como todos los destinos.


Leves murmullos de razón alborotando un cerebro que a esta hora bordea la locura y presenta su renuncia frente a la convención indiferente de desconciertos que maquinan cual decadente Nerón, la mejor manera de incendiar regiones enteras…

ciudades pobladas de ésta mi especie de alma ardiente y de todas las balas perdidas que deambulan noche y día con ojos color de nube

limosneando caricias,

jugando a doblegar nobles voluntades endebles,

deseando las pobres miserias de otros por el sólo y simple hecho de ser ajenas.


¡¡¡Ay!!! de nuestro egoísmo


Que hace de esta tierra tan fértil un caldo de cultivo para las múltiples virulencias que terminarán por enfermar toda sana, robusta y buena intención


Tumores engordando sebosos en el umbral del pensamiento


El cáncer terminal de los espíritus carcome las buenas ideas y las hace fenecer justo antes de dar vida


Predicados llenos de rabia, de odio, de envidia

Uffffffffffff

“¡¡¡¡Hagan el amor no la guerra!!!!”

“La unión hace la fuerza”

“Ama a tu prójimo como a ti mismo”


tanta,

pero tanta frase cliché entrechocándose en el espacio vacío del entendimiento

sin lograr hacer sentido,

a la deriva,

sin llegar a ningún puerto


“no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran”

Y luego desenvaino mil cuchillos, asalto hogares de esos tan quietos como el ronroneo de un gato….

asesino niños sólo por aburrimiento

como hasta morir de hastío sin guardar las sobras ni para un perro

regalo mi tiempo frente al espejo para disfrazarme de esa estrella que no soy, ni me interesa ser

prostituyo la palabra y el cuerpo a precio de costo en las esquinas donde nadie alcanza a ser el hombre o la mujer del “próximo prójimo” , sólo una víctima del antojo insaciable de placeres culpables

que excitan tanto el jugoso deseo del cerebro,

la adrenalina

la algarabía clandestina,

la adicción a resacas de miedo, de soledad y profundísimo desconsuelo


Simplemente una célula más de este infecto líquido vital

contagiando el brillo que va quedando con esa opacidad tan poco llamativa.


¿Y que hacer luego de tanta vacua intención bélica?

¿Hablar del amor como si supiéramos en qué escaso corazón se encuentra?

¿Cimentar el respeto allí donde las libertades exacerban el bruto individualismo?


Escondernos como búhos solitarios presa fácil de las noches invernales

enterrar la cabeza esbozando malas copias de las avestruces

prodigar la suerte de tahúr en bancarrota

entre covachas con olor a desvelo,

a vino y entierros


Inducir el sueño para curarnos el alma

A ver si después de cincuenta mil días y una buena ducha

ya no perdonamos, ni pedimos perdón

y se deshace al fin el hechizo

ese recurso ponzoñoso

que nos ha inyectado en las acciones

tanta

pero tanta

estupidez¡¡¡¡¡

sábado, 10 de octubre de 2009

INVITACIÓN AL VÓMITO


Cúbrete el rostro
y llora.
Vomita.
¡Sí!
Vomita,
largos trozos de vidrio,
amargos alfileres,
turbios gritos de espanto,
vocablos carcomidos;
sobre este purulento desborde de inocencia,
ante esta nauseabunda iniquidad sin cauce,
y esta castrada y fétida sumisión cultivada
en flatulentos caldos de terror y de ayuno.
Cúbrete el rostro
y llora...
pero no te contengas.
Vomita.
¡Si!
Vomita,
ante esta paranoica estupidez macabra,
sobre este delirante cretinismo estentóreo
y esta senil orgía de egoísmo prostático:
lacios coágulos de asco,
macerada impotencia,
rancios jugos de hastío,
trozos de amarga espera...
horas entrecortadas por relinchos de angustia.

Oliverio Girondo ( Buenos Aires 1891-1967 )

Llorar a lágrima viva...


Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

(Oliverio Girondo)
 

Copyright 2007 ID Media Inc, All Right Reserved. Crafted by Nurudin Jauhari