Ojos vigilantes como cámara de paseo público,
piel de vereda citadina a la hora del almuerzo,
manos de cajero automático
memoria de facebook
sonrisa de mañana sabatina
alma cansada,
lenta,
pesada,
rayada y escrita
mil veces tocada
y sin embargo destinada al permanente olvido
abierta,
llena de ventanas empañadas
y de pasos incontables
con el tiempo necesario para detenerse en cada esquina
y vomitar transeúntes o llenarse de ojos somnolientos …
... como una micro al puerto o al centro de Santiago a las siete de la madrugada…
de cara al viento que cruje por entre las mazmorras autoimpuestas
autosostenidas
autoflagelantes
de frente al sol quemante de un verano que no termina de chamuscarme las orejas
para dar paso sólo a sones ardientes
que revuelven la sangre y taladran el cráneo de la sardónica ciudad
llena de palabras inconclusas y puntos suspensivos
de situaciones imaginarias,
-un par de silabas asomando por la nariz -
y un poema añejo a medio masticar entre los dientes y las ganas de regurgitar el mundo desde las entrañas hasta las frías teclas que arrastran mis ideas a un plano en el que parecen desaparecidas.
